Día Internacional de la Blasfemia

Ninguna religión por encima de la Libertad de Expresión.

Si os gusta blasfemar, si sois de los que practicáis la blasfemia, hoy 30 de Septiembre, es vuestro día.

Blasfemia es, según el Diccionario de la RAE, la “palabra injuriosa contra Dios, la Virgen o los santos”. Una definición un tanto limitada, ya que esta connotación se limita exclusivamente a la religión católica , y para cada religión es blasfemia la “palabra injurosa” contra su dios o dioses, pero no contra los del prójimo.

En realidad, la palabra Blasfemia proviene del griego Βλασφημια, y etimológicamente significa “palabra ofensiva, injuriosa, contumeliosa, de escarnio”, pero en su uso estricto y generalmente aceptado, se refiere a una ofensa verbal o con hechos hacia lo venerado por una religión.

¿Qué derecho tiene alguien a condenarme por blasfemo porque me ría de un ser para mí tan imaginario como Batman y de quienes creen en él? Blasfemo será, en todo caso, quien crea en un dios y lo ponga a caer de un burro, pero nunca un no-creyente.

El día Internacional de la Blasfemia fue establecido el 30 de septiembre, coincidiendo con el aniversario de la publicación de dibujos satíricos de Mahoma en el diario Jyllands Posten de Dinamarca.

Dichas caricaturas fueron consideradas una provocación para el mundo islámico y los trabajadores del periódico recibieron decenas de amenazas de muerte por ello.

Con esta celebración, sus organizadores pretenden también luchar contra las leyes antiblasfemia que aún existen en algunos países, no solo musulmanes. Actualmente, existen leyes anti-blasfemia en Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Italia, Liechtenstein, Islandia y San Marino, a la vez que hay «leyes de desacato» religiosos en 21 países europeos. En Afganistán, Pakistán y Arabia Saudita, la blasfemia es penada con la muerte.

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Se considera que debería ser obligación de todas las naciones del mundo salvaguardar el derecho a la disidencia y no alinearse con quienes demandan un respeto irracional a cualquier tipo de creencia.

Basta recordar qua las ideas, incluyendo las religiosas, no tienen derechos, las personas sí.